En el mercado laboral de los EE.UU. podemos estudiar diferentes perfiles que marcan las tendencias presentes y futuras del sector. Aunque a priori estos estudios son de excepcional interés para los departamentos de recursos humanos y las personas relacionadas con el desarrollo de las carreras profesionales de los trabajadores, no hay que olvidar que son también un reflejo de la situación social, económica y laboral de todo el país, y a la postre, del mundo desarrollado.
Aparte del fenómeno Millennial, tantas veces nombrado e investigado en profundidad, existen otros aspectos que merecen toda la atención.
Hay un perfil de trabajador que es sumamente interesante, y que presenta un cambio de tendencia en muchos aspectos. Y no, no se trata de jóvenes menores de 30 años. Esta vez, la revolución la protagoniza un rango de edad más elevado: entre los 40 y 65 años, y con un poder adquisitivo elevado, fruto de su competencia laboral.
¿Quiénes son estos “trabajadores de élite” que redefinen la forma de hacer las cosas?
Trabajadores con ingresos elevados que deben estar en nuestro radar
La disertación siguiente tiene como base un estudio de varios bancos americanos, en el que se nos presentan diversas cifras relativas a un determinado perfil de trabajadores cuyos ingresos por unidad familiar superan los $374,000 dólares americanos al año de promedio. Esta elevada cifra pone de manifiesto un conjunto de características que distinguen un tipo de trabajador que desde luego merece la pena conocer.
En el estudio se infiere que las características de estos trabajadores tienen diversos factores comunes, y es de máximo interés tenerlos muy en cuenta para todo tipo de actividades: marketing, asesoría, estudios de mercado, prospección, recursos humanos, previsión económica, análisis económicos, etc.
En definitiva: se trata de un conjunto de trabajadores cuyo conocimiento nos puede ser extremadamente útil en diversas facetas.
En este artículo voy a describir estos perfiles de ingresos elevados, sus características, pensamientos, tendencias y estilo. Integrarlos en nuestro proyecto podría marcar una diferencia muy positiva en el mismo.
¿Quiénes son estos trabajadores de ingresos elevados?
A la hora de segmentar el conjunto de trabajadores, se puede establecer un baremo de ingresos por unidad familiar si queremos estratificarlos para su estudio.
Si ponemos el listón en $374,000 dólares, descubrimos este perfil:
- Ingresos medios por unidad familiar de $374,000 dólares anuales.
- Rango de edad situado entre los 41 y 63 años de media.
- Activos de inversión medios entre los $750,000 y el millón de dólares.
Sus características comunes más habituales corresponden a un matrimonio estable con hijos, en puestos que requieren de una formación especializada, que no tienen problema en viajar y trabajar en otros países, y poseen una apetencia por la tecnología muy desarrollada.
“Esta es mi Familia”
La primera sorpresa es, precisamente, esto último. Mucho se ha hablado de que los Millennials son la “generación de la tecnología”, pero esta es una afirmación sesgada. No es necesario haber nacido en la última década del siglo XX para comprender, usar y adorar los adelantos del mundo digital.
Quizás, antes de entrar de lleno en el estudio del perfil de los trabajadores de ingresos elevados, deberíamos indagar en el origen de este grupo demográfico.
Es muy posible que la profunda crisis que vivimos hace ya 12 años tenga mucho que ver. Si atendemos al rango de edad (41-63) y restamos 12 años, se situaría en (29-51). Corresponde a padres de familia jóvenes o recientemente aposentados, por lo general con deudas hipotecarías, en proceso aún de afianzamiento económico y laboral (si nos centramos en la banda baja).
Esta convulsión hizo que muchas personas tuvieran miedo a perder su trabajo y propiedades, y el fantasma de un futuro oscuro fue para algunos un motor de eficiencia y tenacidad.
Así que, con los años, se desarrolla un trabajador constante, con una proyección inversora mucho más conservadora y orientada al largo plazo (nada de experimentos), que valora mucho el conocimiento y las competencias profesionales (lo que los adapta muy bien a la competitividad y al cambio).
Aprendamos a reconocer a este grupo.
1. Perfil laboral
Uno de los aspectos que más llama la atención de los trabajadores de ingresos elevados que estamos estudiando es la gran cantidad de horas semanales que dedican al trabajo frente a otros grupos.
Mientras que la media nacional se sitúa en las 38 horas semanales, ellos pueden alcanzar con facilidad las 50 horas. De hecho, un 63% opina que la bien acomodada fuente de ingresos procede de la dedicación y el trabajo duro como únicos factores de éxito, y no tanto de sus habilidades y talentos.
La mayoría no contempla la jubilación como una meta que señala el fin de su vida laboral, o al menos, tratan de retrasarla lo máximo posible. Un 13% afirma que no tiene intención de jubilarse nunca.
Las profesiones que desempeñan suelen estar relacionadas con el sector sanitario, financiero, ciencia y tecnología, ingenierías… Es evidente que una formación y especialización elevadas son una pieza clave del perfil. Es más probable que trabajen en una empresa del FORTUNE 500 que otro trabajador, y suelen copar puestos directivos o muy técnicos.
Utilizan la tecnología de forma intensiva para desarrollar su trabajo, de una forma más pragmática y menos social que los Millennials.
Además, las estadísticas muestran que es más probable que el hombre y la mujer de la unidad familiar trabajen, frente a la media de hogares del país.
También poseen mayor facilidad para viajar e incluso establecerse si es necesario en otros países si así lo requiere la empresa. Se han adaptado perfectamente a llevar el trabajo debajo del brazo (portátil, tableta…) y se mueven bien en entornos internacionales.
Como vemos, el perfil muestra una consecuencia lógica producto de la inestabilidad económica de hace 12 años. La necesidad de una estabilidad laboral y el incremento de los ingresos se sitúa por encima de otras consideraciones, como la disponibilidad de tiempo libre o la realización de sueños personales fuera del entorno laboral.
En este aspecto se observa una diferencia con otros grupos demográficos.
2. Perfil económico
Como ya hemos visto, el trabajador de ingresos elevados es una persona que se compromete con las metas económicas, y pone muchas horas de su vida al servicio de ellas. Poseen una media envidiable en activos de inversión, que pueden llegar al millón de dólares.
Un 69% prefiere una inversión segura, conservadora. No es de extrañar que esta cifra aumentase espectacularmente tras la crisis de la pasada década. Su refugio en las inversiones inmobiliarias de alto valor y seguridad marca su agenda principal, seguida de recursos tradicionales. Los metales preciosos solo son interesantes para un 27%, o las divisas, algo que solo atrae el 18%.
En general, el sector inmobiliario es el más favorecido por parte de los trabajadores de ingresos elevados, junto a las acciones en su compañía y el mercado bursátil. Valoran mucho la propiedad como factor económico clave, y eso se refleja ampliamente en sus actuaciones económicas.
Debido a su actitud frente a la inversión y el trabajo, y los resultados obtenidos en esta última década, el optimismo forma parte de la filosofía económica del grupo demográfico. En general, la situación económica actual les parece buena, y consideran que mejorará durante los próximos doce meses.
Muy importantes para el sector inmobiliario
Se estima que 1 de cada 3 trabajadores de ingresos elevados adquirirá una propiedad inmobiliaria en los próximos dos años. Se trata de un dato muy significativo, y desde luego, muy en línea con lo que hemos visto hasta ahora. La oportunidad está encima de la mesa.
En lo relativo al consumo, debido al propio optimismo de mejora y estabilidad, suelen gastar con confianza. Como targets, se caracterizan por buscar opciones seguras y de futuro. No tienen problema en adquirir una segunda o tercera residencia, incluso con vistas a la jubilación. No tienen la intención de vender su vivienda actual para ir a una más pequeña y obtener un rendimiento. Se decantan por la adquisición añadida.
Evidentemente, esto conlleva unas buenas expectativas en el mercado inmobiliario de los EE.UU y muchas partes del mundo por ejemplo Republica Dominicana. Especialmente en las propiedades de alta gama. No en vano, se trata también de un valor que proporciona un ingreso pasivo. Va en consonancia de la idea de seguridad a largo plazo del perfil. Especialmente con las edades más cercanas a la jubilación, que lo ven como una oportunidad excelente para aumentar el caudal de ingresos futuros.
Así que podemos ver que el patrimonio inmobiliario es muy importante en este grupo. Solo hay que ver las cifras:
- Un 40% posee una vivienda que supera los $750,000 dólares.
- Un 33% quiere comprar una vivienda en los próximos dos años.
- Un 74% declara que mantendrá su vivienda principal al menos una década más.
- Un 58% ha ayudado a un hijo con el pago inicial hipotecario.
A la hora de tomar decisiones económicas, la mayor parte (64%) reconoce que ambos miembros de la pareja participan en la toma de decisiones, aunque las rentas más altas rompen un poco esa tendencia.
Esto también nos da una idea de la responsabilidad compartida del perfil a la hora de decidir adquisiciones y presupuestos. Tengámoslo en cuenta.
3. Perfil social y psicológico
Ya hemos hablado un poco de “cómo piensan” los trabajadores de ingresos elevados de EE.UU. De lo que ya se ha expuesto se puede inferir que se trata de padres de familia muy comprometidos con el bienestar y seguridad. Son optimistas a la hora de valorar su gestión y resultados, lo que los hace proclives a ser un poco negligentes a la hora de buscar consejo de asesores financieros (un 31% admite no haber utilizado nunca los servicios de uno).
Hay una serie de datos estadísticos muy representativos. Del principal ya hemos hablado: trabajan una media de 12 horas más a la semana que otros grupos de trabajadores. Reconozcámoslo, es un dato sorprendente. ¿Es el factor clave de su éxito económico, como la mayoría admite? Es probable. Pero lo importante es poner de manifiesto su sentido de la responsabilidad laboral.
Cuando seleccionaron su profesión, el 50% dice que se guio por sus intereses personales, y solo un 23% lo hizo por motivos económicos. O sea, que realmente no “buscaron” la profesión más lucrativa. Aunque bien es cierto que este dato puede tener un sesgo que hay que tener en cuenta: sus carreras profesionales empezaron en la mayoría de los casos antes del siglo XXI.
La probabilidad de que trabajen en una empresa del FORTUNA 500 es tres veces superior a la de otro trabajador. Evidentemente, su actitud tiene una consecuencia. Su ética laboral es fuerte, debido precisamente a la búsqueda de seguridad, son trabajadores fiables. Su desarrollo profesional es sólido y constante.
En el aspecto tecnológico, este perfil es un entusiasta consumado. Ha integrado muy bien los avances en materia de telefonía, informática, domótica, etc. en su vida diaria y entorno laboral. Se adaptan perfectamente a las nuevas herramientas, si bien viven la tecnología de una forma mucho más pragmática e instrumental que las generaciones más jóvenes, que las han adoptado como medio natural de su entorno. Esto provoca que los trabajadores de ingresos elevados no confíen aún plenamente en aplicaciones de gestión e inversión económica por no considerarlas lo suficientemente seguras, y prefieren una aproximación más basada en el mundo real.
Pero no pensemos que no operan por internet. El pago de facturas, compras online, etc. son algo habitual e integrado en el hogar. Y debido precisamente a su poder adquisitivo, suelen estar a la última en gadgets y dispositivos.
Conclusiones
Sin lugar a dudas, nos hallamos ante un grupo de trabajadores muy interesante con características definidas en su mayoría coincidentes con un patrón que tiene su origen en el entorno circunscrito al comienzo del milenio, y que ahora mismo poseen una capacidad de adquisición a tener en cuenta.
Son especialmente importantes en el sector inmobiliario, pues tanto su perfil económico, laboral y social/psicológico favorecen la adquisición de viviendas.
Su forma de ver el mercado laboral, económico y social tiene un fuerte impacto en múltiples aspectos de la sociedad estadounidense, marcando tendencia para el futuro inmediato. Recordemos que un 33% contemplan la posibilidad de adquirir un inmueble en los próximos dos años, y que además son proclives a potenciar sus activos patrimoniales.
En el aspecto negativo, la falta de tiempo por su dedicación al trabajo tiene ciertas consecuencias. Por ejemplo, aunque están acostumbrados a gestionar su entorno laboral, no tienen tanta experiencia a la hora de administrar sus inversiones y bienes, siendo poco dados a contratar los servicios de asesores especialistas. Esto hace que el rendimiento que puedan obtener de sus adquisiciones inmobiliarias no sea tan eficaz como debiera, algo que agrava su autoconfianza y optimismo, y el poco uso que hacen de las aplicaciones y tecnología de gestión financiera.
Un detalle que va en esta línea es el hecho de que, a la hora de elegir su vivienda, ponen por delante aspectos relacionados con la comodidad frente al valor de la inversión. Es más importante que la casa se adapte a su estilo de vida.
Se infiere por tanto que, si se comunica de forma adecuada el valor que suponen los recursos inmobiliarios como una fuente de riqueza, un componente importante de su liquidez y crédito, podrán tomar decisiones estratégicas financieras mucho más acertadas, lo que supone un beneficio a largo plazo de su portfolio.
Fuente: https://mymoneywizard.com/high-net-worth-individual-definition-statistics/
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Edward de valle II
Socio Director y CEO en funciones
Profusion Group